SINOPSI
Una història quotidiana, plena de llum i poesia, sobre una dona incapaç de parlar. Muda és el relat d'un mal dia de la vida d'Anna, un dia que es repeteix des de fa molt temps. Es mou, es canvia de casa, es muda, i per fi arriba al lloc que creu buscar, un pis en el centre de la ciutat. Allí, una veïna i el conserge de l'edifici buscaran la manera d'acabar amb les seves pròpies solituds a força de compartir amb Anna les seves històries.
El títol de la peça fa referència tant al silenci obstinat de la protagonista com el seu canvi de domicili, a la mudança. Està inspirada en la novel·la El cor és un caçador solitari, de Carson McCullers, especialment en el personatge mut al qual tothom parla, i tothom sent que li contesta.
FITXA TÈCNICA
Autor: Pablo Messiez
Interpretació: Maria Lanau, Jordi Rico i Gloria Sirvent
Traducció al català: Marc Artigau
Música original: Dani Nel·lo
Escenografia i il·luminació: Laura Clos «Closca»
Vestuari: Laura Garcia
Producció executiva: Giulia Poltronieri
Fotografia i disseny cartell: David Ruano
Gravació d'arxiu: Isak Férriz
Ajudant d’escenografia: Sergi Corbera
Teatro Akadèmia, Barcelona (Festival Grec)
RECURSOS
Fotos
Critiques
BUTAQUES I SOMNIS JULIOL 2018 Veure sencer
“Llevo un pedacito de Muda en mí, dos meses después de asistir, de manera privilegiada a su primera mesa de lectura de texto y posteriormente a dos ensayos más, ver el espectáculo montado en sala me ha dejado satisfecha y melancólica a la vez.
Muda es la historia (o historias) de tres vecinos del mismo bloque. Todo empieza cuando una nueva vecina, Anna interpretada por Gloria Sirvent se traslada al edificio. La recibe el conserje, Valentí (Jordi Rico), un inmigrante al que le acaban de dejar y que ve el futuro muy negro y con unos grados de etanol de más. La propietaria del piso, Florencia (Maria Lanau), es una mujer de mediana edad, alocada a más no poder y con ciertas singularidades.
No he querido volver a ver en estos meses el montaje original de Messiez, he preferido dejarme sorprender por la propuesta de Mercè Vila Godoy que le ha dado mucha luz al texto, no sólo por una dirección enfocada más al sentimiento, a la piel, a la humanidad de los personajes, con un toque marcado de comedia y dejando que las sombras aparecieran lo justo.
De esta manera, los actores han encontrado un equilibrio perfecto de interpretaciones. Los soliloquios de Jordi Rico encuentran la mirada cómplice en los ojos de Glòria Sirvent. Es impresionante ver y notar la química entre los dos personajes. Eso es magia. Valentí es un personaje con gran recorrido, difícil de interpretar, de encontrar el tono, pero amable para el espectador que conecta desde el minuto uno. Rico ha sabido modularlo y le ha quedado un "tapizado original" muy atrayente y lleno de matices.
En esta luz que comentaba anteriormente tiene mucho que ver la interpretación y la caracterización de Florencia por Maria Lanau. Su verborrea constante, en forma de monólogo que dispara flechas sin parar y su persistente manera por agradar (como personaje) consigue meterse al público en el bolsillo. Pero el vestuario colorista de Laura Garcia es como si la hubiese reencarnado en la Maria Barranco de la almodovariana Mujeres al borde de una ataque de nervios. Es un personaje que quizás, en un primer momento, puedas pensar en odiar, pero su toque de humanidad extrema, acaba por derrotarte y consigues empatizar al mismo tiempo que te provoca una gran risotada.¡Pon una Florencia en tu vida!
El gran tour de force lo tenía el personaje principal Anna, alias la Muda, ¿cómo dibujar un personaje que no habla, que escucha el torrente de discurso y palabrerío que le suelta los otros dos personajes? Gloria Sirven es sin duda la gran revelación de este montaje. Me he quedado abducida por su manera de interpretar, sus gestos, sus movimientos, nunca en tanto silencio se dijo tanto.
Reconozco el más que complicado trabajo de traducción de Marc Artigau de un texto como el de Messiez. Y la verdad es que el resultado suena muy bien. Y hablando de sonidos, me declaro fan de la banda sonora del Dani Nel·lo me ha transportado al mundo del cómic, dándole una aire de Rue Percebe en miniatura, ya que la escenografía diseñada por Laura Clos (Closca) deja todo a la vista del espectador.
Si has llegado hasta aquí y todavía dudas si ir o no a verla, corre al Akademia. Esta Muda se merece quedarse sin voz (encima de un escenario) una buena y larga temporada. Gracias!“. ELISA DÍEZ.
EN PLATEA 09/07/2018 Veure sencer
“El Teatre Akadèmia acoge el feliz retorno de Pablo Messiez a nuestra cartelera dentro del marco del Grec Festival de Barcelona. Muda es una pieza sensible y delicada sobre el combate y la convivencia del ser humano con su soledad.
Un conserje y dos inquilinas. Una recién llegada y otra que ya hace años que está instalada. El vacío del espacio que ocupamos como símil del nuestro interior. El espacio escénico como único lugar posible para romper estas paredes impuestas, autoimpuestas o ambas a la vez. La escenografía e iluminación de Laura Clos “Closca” aportan un punto de vista muy interesante y para nada obvio y que de un modo idóneo se convierte en una lectura perfecta de todas las ramificaciones de la pieza. Un espacio del que progresivamente se eliminarán las fronteras y paredes invisibles y pasará a ser compartido, como el de los intérpretes en escena. Fronteras físicas que se esfumarán a la vez que los vínculos entre estos tres seres se estrecharán de algún modo u otro. Mención especial para la iluminación, que evidencia por contraste lumínico lo tenebroso y abismal de los estados de ánimo de los protagonistas.
Una vuelta a la comedia de tresillo y papel pintado que nos aprieta en ocasiones pero que termina robándonos el corazón. El golpe maestro de Messiez es su gran dominio de una metateatralidad genuina, transversal y muy presente en el desarrollo de la narración pero nunca verbalizada explícitamente. La traducción de Marc Artigau traslada las especificidades estilísticas del original de un modo exquisito. Además, el espacio sonoro de Dani Nel·lo consigue que la música ocupe el plano necesario en cada momento, más enfático o retirado según corresponda.
La dirección de Mercè Vila Godoy acierta sobretodo en el ritmo que consigue imprimir a la obra. Siempre fiel al texto y priorizando a momentos las situaciones y a momentos los personajes. Capta a la perfección la paradoja de la deconstrucción de cualquier tipo de lenguaje y estructura mínima de comunicación. Los hallazgos de Messiez encuentran en la directora a su mejor embajadora posible.
El trabajo interpretativo es crucial para el éxito de la propuesta. Y en este terreno todos consiguen plasmar la aflicción de estos seres urbanitas pero que necesitan vivir en interiores, mostrando todas sus dobleces y progresión y, lo más difícil, esa luminosidad necesaria entre tanta aflicción. María Lanau, Jordi Rico y Gloria Sirvent rehúyen la afectación y saben mostrar tanto a su personaje como al personaje que cada uno ha creado para interactuar con el resto. La primera plasma desde el primer momento la necesidad y urgencia oculta tras la verborrea. El lenguaje no verbal de Sirvent es conmovedor, así como el resto de su composición. Rico no se queda atrás y nos regala junto a su compañera una de las declaraciones de amor más arrebatadoras que recordamos, tanto por el tono empleado como por la captación de esta poética de la cotidianidad. Muy buen trabajo de los tres. Emocionante cómo consiguen plasmar el sistema comunicativo multilingüe de Messiez”. FERNANDO SOLLA.
MASTEATRO 08/07/2018 Veure sencer
“Todas las familias felices se parecen; cada familia infeliz lo es a su manera. La frase con la que Tolstoi comienza Anna Karenina teoriza muy bien lo que nos demuestra Mercè Vila Godoy con la puesta en escena de Muda. Tres espacios, tres personajes y una misma soledad encarada de formas diferentes: Bebiendo, hablando o callando.
Las palabras escritas por Pablo Messiez tienen la virtud de representar las reconocibles contradicciones humanas desde la belleza de lo aparentemente intrascendente. En sus obras no importa lo que se dice, sino lo que se transmite entre líneas. En esta ocasión, Muda nos cuenta la historia de una joven que llega a un nuevo piso y se relaciona sin hablar con el portero del edificio y una vecina. La actriz Gloria Sirvent, que interpreta a Anna, tiene la difícil tarea de mantener la presencia de su personaje sin el uso del diálogo. Utiliza para ello la expresividad y la fisicalidad, enseñando con la mirada y la posición lo que no dice con palabras. A su lado, una Maria Lanau en estado de gracia ofrece el contrapunto con Florencia, el prototipo de mujer extrovertida, independiente, coqueta y optimista que esconde la tristeza y conquista al espectador bajo una cascada constante de palabras. Completa el triángulo Jordi Rico, el triste portero del edificio que transita desde la desesperación más absoluta hacia la esperanza, acabando con una preciosa declaración final.
Vila toma el relevo del montaje original de la obra, dirigida por el propio Messiez y estrenada en 2010 en Madrid. La directora opta por hacer la obra más coral, mostrándonos la intimidad no sólo de la protagonista sino de todos los personajes. Los vemos en su soledad, en una utilización brillante del espacio que evoluciona con la trama de la forma más sencilla. Lo que comienza de forma realista adquiere sorprendentes toques mágicos en la puesta en escena, con una poética y una simbología creadas con el movimiento y la música. Esta última, creada por Dani Nel·lo, enfatiza la empatía, el dinamismo y el humor de la propuesta.
Tierna, divertida y muy humana. Esta Muda nos habla de la vida apelando al sentimiento. Nos reflejamos en estos personajes y en sus procesos emocionales, y quizás con ello salimos del teatro sintiéndonos menos solos y más conmovidos. Esta debe ser la magia del teatro”. ALBA CUENCA SÁNCHEZ.
SOMNIS DE TEATRE 08/07/2018 Veure sencer
“El text de Muda és una delícia en el fons i en la forma (en aquest cas també cal reconèixer la tasca del traductor al català, Marc Artigau), un text que ens presenta tres personatges perduts, amb els seus problemes i la seva tristesa, i aconsegueix que ens n’enamorem des del primer segon. Un text fet de detalls i històries petites, d’anècdotes, d’humor i de drama. Un text que, sense posar-se transcendent, ens parla de la vida, de la soledat i de la necessitat que tots tenim de sentir-nos arrelats i estimats.
Però el que vaig veure a l’Akadèmia va anar més enllà d’un molt bon text. Mercè Vila Godoy signa una direcció impecable que comença seguint la convenció de l’espai per establir el context i se la salta quan resulta dramàticament apropiat. Una direcció que posa els personatges i la seva relació al centre, creant l’ambient apropiat perquè la tercera peça, el repartiment, faci la seva màgia.
I quin repartiment. D’una banda tenim Glòria Sirvent, que interpreta la muda del títol. I és cert que no li calen paraules. Només amb el rostre i els ulls, amb el cos i l’actitud, ens presenta el seu personatge i aconsegueix que empatitzem amb ell abans i tot de saber què li passa. Maria Lanau aporta la vis còmica amb la veïna xerraire a la que li agrada filosofar, un desplegament d’energia i potència escènica i l’eix que sosté la comèdia. I, per últim, Jordi Rico aporta la fragilitat i la tendresa. En una obra on les dones són les figures fortes que lluiten per aixecar-se, Rico és un home trencat, el més perdut de tots, el que necessita ser salvat.
Amb una escenografia de Laura Clos «Closca» senzilla però molt ben trobada, plena de mobles antics i decoracions tronades, i un vestuari de Laura Garcia igual de senzill i igual de ben trobat, Muda podria ser una història costumista sense més i estaria bé, però, en canvi, la poètica de Messiez i la seva capacitat per capbussar-se en l’ànima humana la converteixen en quelcom més. Una història per emmirallar-se i somriure, per reconciliar-nos amb el món i les persones, per desconnectar i agafar aire. Aquell teatre discret i clàssic que, quan es fa bé, és magistral. I aquest està molt ben fet. GEMA MORALEDA.
La Razón 04/07/2018 Veure sencer
Una de las primeras obras interesantes del Grec es «Muda», que se estrena esta noche en el Teatre Akadèmia y que se podrá ver hasta el 8 de julio. CARLOS SALA